Dedicamos el 90% de nuestro tiempo a quejarnos de lo
que nos falta, a estar preocupados de lo que carecemos, a los conflictos, a las
dudas, a la confusión, al dolor, al pasado, a lo que sucedió, al rencor, a
sentirnos mal, a contactar con nuestra parte más oscura, a sentirnos culpables,
a buscar el reconocimiento, el amor, a mendigar cariño, a ser dependientes, a
llorar por el amor que se nos fue...
Dedicamos ese tiempo a no ser felices, a estar
insatisfechos, a sobrevivir, a arrastrarnos por la vida como muertes vivientes,
aunque seremos enterrados a los 70 u 80 años.
Dedicamos un 10% a estar bien, a ser felices, a
disfrutar de la vida, a reir, a soñar, a disfrutar de lo que tenemos, a ser
empáticos, a compartir, a una buena sexualidad, al respeto, a conocernos, a
viajar...,A AMAR…
Es el momento del cambio, ya está bien. Vamos a
negarnos a no ser felices, nos lo merecemos. Os propongo que a partir de hoy dediquemos
un 90% de nuestro tiempo, de nuestros pensamientos, de nuestras palabras, de
nuestras actitudes, y de nuestra vida, a ser felices, satisfechos, gozosos,
alegres, a ser positivos, optimistas, a ser beneficiosos para la gente, a
ayudar a los demás, a reir, a comunicarnos, a perdonar, a vivir en la gratitud
y en el amor. A disfrutar de lo que tenemos, a vivir escuchando el corazón.
Vamos a ser faros que iluminen el camino de los que
viven en la oscuridad.
Y después vamos a dedicar un 10% a mirarnos hacia
adentro, a estar bajitos, a tener nuestro espacio, nuestra soledad, nuestro
tiempo de encuentro con nuestro silencio, a enfadarnos, a perder el tiempo, a
quejarnos, a conectar con la mente.
Por favor, mi gente, para seguir creciendo y aprendiendo con vosotros, os invito a participar de ésta reflexión dinámica contestando a las siguientes preguntas (honestamente). Las respuestas serán anónimas.
Muchas gracias por vuestra ayuda!!!
Iorana taina