En estos días, ha partido y ha vuelto una amiga
muy querida para mi, y a mi parte humana le duele en el alma, ha mi parte
espiritual, está tranquila porque siento que ya disfruta de paz, ya a cambiado
de envoltorio, de contenedor, de avión…
He llorado y he reído, he sentido el dolor de
los seres queridos que ha dejado atrás, y me gustaría decirles que este duelo
es una demostración del amor que sintieron y sentirán por ella, sin embargo, me
gustaría decirles que su transformación en otro ser, ya se ha producido.
Muchos dirán que mis palabras son un error, que
no hay vida después de la muerte, que después de esta vida todo se termina…, yo
los respeto profundamente, sin embargo, mi sentir, mi experiencia y mis guías
saben que el camino no se acaba…
Le envío mi amor a Pepa, a Mari Carmen y a
tantas personas que quiero y querré…
Maururu tainas.
Amig@s, si lo deseais me gustaría me enviarais lo que pensais sobre la muerte a mi correo juanrapu19@gmail.com, es muy importante para mi.
La siguiente reflexión es de mi libro “El Auténtico
Maestro”. Es mi homenaje a su recuerdo, como dice un sabio: “Mientras su recuerdo viva en mi, nunca
morirá”
¿Qué es la muerte?
El principio de la
nueva vida.
¿Cómo va a ser el principio? ¿No te das cuenta que es el final?
No
existe ningún final. La muerte es una invención de los señores que habitan
en la oscuridad, de los que están perdidos, para controlar vuestra vida y que
el miedo os esclavice. Cuando se produce el fin de vuestro cuerpo físico os
convertís en energía. Cuando un ser querido muere, se fusiona en energía
intangible; permanece en una rosa, en el aire que os rodea, en la lluvia, en el
sol que os calienta, en el agua que bebéis… No lo veis físicamente, sin
embargo, lo sentís, está pegado a vuestra piel, os orienta, os ayuda, os acompaña...
Tened presente que después de la vida se llega a la muerte, y a continuación de
la muerte, hay vida. Este suceso extraordinario ocurre gracias a los designios
del Creador, que os da la oportunidad de convertiros en energía, y seguir
aprendiendo en otro cuerpo, en otra mente, en otra alma, pero con el mismo
espíritu.
Hablas de la muerte como algo que debe ser
aceptado casi con amor. No lo comprendo, creo que morir es un acontecimiento
terrible, que destruye nuestras creencias y que arrasa nuestra fe.
La vida en su camino
va unida inseparablemente a su hermana invisible, la muerte. Algunas personas
pasáis parte de vuestra existencia sufriendo constantemente porque vais a
morir, ignorando que esto sucederá en su momento, ni un segundo antes, ni uno
después. Otras, en cambio, no reparáis nunca en ella, vivís alocados, sin
tiempo para nada, en una vorágine que os devora. No os paráis a sentir, ni a
disfrutar, os preocupáis por cosas superfluas como el dinero, o como el trabajo
que os devora, os inquietáis por situaciones absurdas como intentar vivir con
el mismo cuerpo para siempre, y posponéis las cosas continuamente con multitud
de excusas: “ya lo haré más tarde”,
”lo que me gusta puede esperar, aún soy joven”, “ya disfrutaré de mi familia
cuando tenga tiempo, ahora mi trabajo necesita toda mi energía”, ”cuando todo
en mi vida sea perfecto y lo tenga controlado, lo realizaré”, ”me hace feliz,
disfruto de su compañía, pero ahora no es el momento”, ”lo efectuaré cuando
esté preparado”, Y cuando llega la muerte de improviso para acompañaros, os
días cuenta de que no habéis vivido.
Pero, yo creo que esa forma de vivir es algo normal, es lo que nos han enseñado.
Tu percepción es
errada. Durante mucho tiempo los ancianos os han dejado perlas de su sabiduría;
No dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy; Jesucristo os entregó su oración principal
para que atendierais el momento: “Del pan nuestro de cada día”; No
obstante, la mayoría de vosotros seguís esperando el pan de mañana, y os
demoráis el hacer las cosas, aplazáis continuamente el vivir, el ser felices,
el amar... Para alegría de vuestro corazón, os informo que aquí y ahora es el
instante de disfrutar este momento presente, de gozar de cada respiración, de
saborear cada instante, de compartir con las personas que amáis…, más tarde ya
no importará...
Es difícil aceptar que exista gente que viva de
la forma que planteas. Creo que es algo ilusorio. –respondí con escepticismo.
Te equivocas – replicó
serenamente. – Se que es complejo que lo creáis, pero existen seres que viven
cada amanecer como si fuese el último, que sienten, integran y expresan sus
sentimientos, personas que aman lo que hacen, que viven de acuerdo a su
corazón, y a lo que les hace feliz. Son mortales que se dedican a escuchar, a
sentir, a respirar. Son humanos que disfrutan de la vida sabiendo que cuando
les llegue el momento de morir, habrán vivido plenamente. Son personas que
viven como hablan, que están conectados con la naturaleza, que son generosos,
que irradian amor y que ofrecen paz. Si vosotros vivís como ellos, disfrutaréis
el presente desde la gratitud, y antes de dormir, antes de morir, pediréis
perdón, perdonaréis a quien os ofendió y agradeceréis lo sucedido en vuestra
vida.
¿Qué nos propones para vivir como esas personas que citas?
Os sugiero que
respondáis a cuatro preguntas: la primera
es; ¿Cuáles son las cosas importantes a las que les dedicáis vuestro tiempo?
Creo que la mayoría de nosotros se lo dedicamos al trabajo, a la
casa, al dinero, al mundo material…
La segunda todavía os
será más fácil de responder: ¿Cuáles son las personas a quien ofrecéis
compartir vuestra vida?
Supongo que a nuestra familia, a los amigos, a los compañeros de
trabajo... No lo tengo claro.
La tercera aún os hará
pensar más: ¿Qué aportáis al mundo?
A veces amor, respeto, alegría, generosidad…, y en otras todo lo
contrario: envidia, rencor, codicia…
Y la
cuarta se divide en dos;¿hacéis lo que os gusta?¿sois felices?
No siempre somos felices, y por supuesto que la
mayoría de nosotros no hacemos lo que nos gusta, es casi imposible vivir
haciendo lo que nos gusta. Hay muchos impedimentos en esta sociedad que nos lo
impiden.
Revisad con
tranquilidad vuestras respuestas, estas serán una guía que os ayudarán a
comprobar cómo es realmente vuestra vida actual, y que le ofreceréis a la
muerte cuando venga a compartir con vosotros. Tened en cuenta, que solo podéis morir igual
que habéis vivido. Si vuestra vida ha sido caótica, desordenada y dolorosa, si
no habéis dedicado tiempo a quien amáis, ni a lo que os hace feliz, vuestra
muerte será idéntica, y lo que es peor: vuestra próxima existencia será una
reedición de la actual. Si por el contrario vuestra vida es equilibrada, placentera
y alegre, si habéis ofrecido vuestra energía a lo que amáis, si habéis
disfrutando de lo que os gusta, vuestra muerte será amorosa, y renaceréis de la
misma forma.
¿De verdad crees que existe vida después de la
muerte?
Sí, es uno de los
grandes principios energéticos: “Nacéis para vivir”, “vivís para morir” y
“morís para nacer”.
Pero los científicos, los físicos cuánticos y
los intelectuales confirman que somos energía, que nacemos y morimos.
Una de las máximas leyes de la parte
científica, mental y física establece que todo lo que existe en este mundo es
energía: el hombre, los animales, los minerales, los vegetales…, y si ese
principio, que os llega siempre de la mente, lo afirma como mandamiento
irrefutable, esto da lugar a un segundo dogma: ”La energía ni se crea ni se
destruye, simplemente se transforma”. Los llamados investigadores, físicos,
ingenieros matemáticos, e integrantes de
la zona mental, no pueden ir contra las Leyes Universales. Por ello os digo: “El
ser humano es energía, que ni se crea ni se destruye, simplemente al morir se
transforma en una nueva vida...”
Sigues sin entender que al morir, no veremos
más a nuestros seres queridos, ni cumpliremos nuestros proyectos, ni
realizaremos nuestros sueños… Aceptar
esa situación es algo que nos desborda y atemoriza. No creo que estemos
preparados para entenderlo.
Tienes razón. El dolor es humano, y aún más admitir que la
vida que vivís terminará un día. Es duro aceptar que no volveréis a ver
físicamente a las personas que queréis; ni a vuestros hijos, ni a vuestros
familiares, ni a vuestros amigos…, ni que haréis lo que os hace felices. Seguís
sin comprender un concepto básico: Si una persona está a punto de morir o se
encuentra gravemente enferma, o hubiera muerto, os pudiera decir una única
enseñanza, esta sería: ¡No malgastéis ni un solo segundo y disfrutad de la
vida al máximo...
Hablas con demasiada ligereza de nuestros
sentimientos sobre la muerte, cuando es un escenario que nos llena de
sufrimiento y de angustia.
Tus palabras
demuestran el temor que os han inculcado a perder la vida. Os ofrezco un
ejercicio para que os acerquéis a la muerte y hagáis las paces con ella: Elegid
un lugar donde estéis solos; cerrar los ojos y visualizad que estáis en
vuestros últimos segundos de vida, y que finalmente entregáis el alma. Haceros
varias preguntas: ¿Quien estará a vuestro lado cuando llegue ese momento? ¿Os
recordarán? ¿Lo harán con amor o con odio? ¿Con alegría o con tristeza?¿A qué
número de personas afectará vuestro caminar por este mundo?¿Durante cuánto
tiempo estaréis en sus pensamientos? Al terminar, anotar lo sentido, esto os
ofrecerá un mapa extraordinario para comprobar cómo queréis vivir, como queréis
morir...
Pienso que es un
ejercicio difícil de llevar a cabo.
Es muy sencillo. Entended
que algún día moriréis, por ello es importante que recordéis a las generaciones
futuras que con ese cuerpo físico solo tenéis esta existencia, y que únicamente
en ella disfrutaréis de vuestra familia actual, de vuestros amigos y de lo que
os gusta. La vida y la muerte son partes de un todo, caras de una misma moneda.
Según las estadísticas oficiales divulgadas por los seres mentales, cada minuto
mueren aproximadamente en el mundo cien personas, y por mucho que lo neguéis,
un día vosotros seréis parte de esa cifra de difuntos. Un día moriréis, para
volver a nacer. ¡Qué maravilla!, os darán otra oportunidad de crecer, de
evolucionar y de sanar lo sucedido en vuestras encarnaciones anteriores. Por
ello, vivid ahora como si estuvierais apurando vuestro último suspiro en este
mundo. Solo así viviréis en paz, solo así moriréis en paz...
No estoy de acuerdo con tus palabras, incluso
las calificaría de utópicas.
Me alegro que
cuestiones lo que os estoy enseñando, así vuestro aprendizaje será más
exhaustivo–fue la tranquila respuesta.– Tengo unas preguntas que tal vez os
aporten una pequeña luz. ¿Las queréis escuchar?
Si es para ofrecer alguna solución real,
adelante.
¿Admitís
que algún día moriréis?
Por supuesto. Todos tenemos claro que en este
mundo no nos vamos a quedar.
¿Asumís qué todas las
personas que amáis o que conocéis morirán en algún momento?
No sé donde quieres ir a parar. Pero si, lo
asumimos.
Comprendéis qué no lo
podéis evitar?
Si, lo entendemos.
Sabéis la fecha de
vuestra muerte, o cuándo van a morir vuestros seres queridos?
¿Cómo lo vamos a conocer? Nadie lo sabe. Tus
palabras son ridículas.
Vuestra muerte y el
fallecimiento de las personas que queréis puede ser hoy, en este momento o
dentro de unas horas o mañana al amanecer. Por ello, como nadie lo sabe ¿A qué
esperáis? Vivid, disfrutad de lo que os gusta, seguid vuestros sueños y
realizarlos, regocijarse de compartir con vuestra gente, amar, viajar, ser
libres... Ese es el principio del camino, ese es el inicio de vuestra muerte…
Pero el morir nos produce terror. Nos conduce a una inquietud permanente.
“Si no tenéis miedo a morir, no tendréis
miedo a vivir”. Solo hay una
situación segura en este mundo en el que vivís: “que la muerte vive en
vosotros, que está demasiado cerca porque se encuentra unida a vuestra alma, y
en algún momento llega de visita para unirse a vuestro ser”. ¿Creéis que Dios, que es solo amor, es tan
cruel, tan injusto y tan diabólico que os va a ofrecer únicamente una
encarnación para que os equivoquéis y cometáis errores? ¿Qué os va a dar una
sola existencia para sufrir y no corregir vuestros deslices? No seáis ingenuos:
Él os ama, y al morir os ofrece una nueva vida para que evolucionéis, para que
seáis encontrados por la luz...
Hablas con una seguridad que asusta, pero
nosotros no lo vemos tan claro como tú.
Aquí os ofrezco la ley sobre la muerte con doce puntos
clave que os ayudarán a descubrir vuestro camino en este mundo:
Ley
sobre la muerte
primero; Nacéis
para vivir, vivís para morir, morís para nacer…, y así, como en un bucle
infinito, el nacimiento y la muerte se repiten. Aceptadlo y encontraréis paz
interior…
segundo; Lo que
sembráis en la vida, recogéis en la muerte, y lo transportáis a la nueva
vida…, vosotros decidís como será la carga que arrastraréis…
tercero; Como
no sabéis la fecha de vuestra muerte, disfrutad conscientemente de la vida al
máximo; en cada segundo, en cada respiración, en cada beso, en cada mirada,
en cada amanecer,
cuarto; Haced
lo que os gusta, lo que os produce felicidad, lo que amáis, y vuestra vida será maravillosa, sublime,
extraordinaria…, y vuestra muerte será sorprendente.
quinto; El ser humano es energía, que ni se crea ni se destruye,
simplemente al morir se transforma en una nueva vida...
sexto;
Escuchad en cada momento el corazón, y seguidlo, si lo hacéis de ese
modo, desaparecerá el temor a la
muerte y será una vida bien vivida.
séptimo; Gozad
como si cada día fuera vuestro primer amanecer en la Tierra, sorprendiéndose,
llenándose de alegría, de satisfacción, y a la vez deleitarse de un atardecer
como si fuera el último en este planeta, porque en algún momento lo será...
octavo; Vivid
con pasión, con fe, con esperanza, y antes de morir, expresar a la gente
cercana vuestros sentimientos; ponerse en contacto con ellos, decidles cuanto
los queréis; hacedles una llamada, mandadles un mensaje, enviadles una carta
desde la gratitud y el respeto...
noveno;
Agradeced todo lo sucedido en vuestra vida, perdonaros por vuestros errores,
por vuestras faltas, pedir perdón por lo que habéis cometido, y perdonar a
quien os ofende u os lastima, y antes de despediros de este mundo alcanzaréis
la paz…
décimo;
Ocuparos de vivir aquí y ahora, de respirar recreándose de ese aire que
penetra en vuestros pulmones, de amar…
onceavo; Antes
de que se eche el telón sobre esta, vuestra vida actual, cumplid vuestros
sueños, disfrutad cada instante de lo que os gusta, de las personas que
amáis, de la naturaleza…
doceavo;
Disfrutad de nadar en el mar, de pasear en el bosque en luna llena, de
acariciar, de escuchar el sonido de la vida, de ser libres, de vivir…, de
morir…
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Si son ciertas tus palabras ¿Por qué no nos han
enseñando a vivir y a morir de esa forma tan gratificante?
La oscuridad mental no
lo puede permitir, perdería el control sobre todos los seres humanos. Los
grupos de poder, los jefes religiosos y las sociedades políticas, intentan
dominar con sus leyes al resto de los habitantes de este mundo. Muchos adultos
tenéis miedo a la muerte, porque vuestra mente inconsciente os domina. Os han
enseñado como autómatas, y vivís aterrorizados con la idea de que algún día
moriréis. No comprendéis que la vida os entrega la oportunidad de amar, de
descubrir, de sentir, y que morir es una
liberación para seguir en vuestro crecimiento. Aceptad que la muerte no existe,
que es parte de un ciclo que os devuelve a una nueva existencia. Desdramatizar
ese proceso, que un entierro sea un motivo de gozo por la emancipación del
cuerpo y de la mente, que haya música, baile, risas… Que un sepelio sea una
fiesta donde disfrutéis de la gente que asiste, donde la alegría sea la nota
predominante, donde el que ha muerto se convierta en sonido, en luz, en amor...
Recordad a todos los que lleguen, que la persona que ha fallecido físicamente,
ya ha reencarnado, ya está en otro proceso evolutivo, y que os encontraréis de
nuevo en otras vidas. Enseñadles que quien ha muerto se le ha dado otra
oportunidad de vivir, de crecer, de amar...
Dedicado a todas las personas de
este mundo que han fallecido físicamente, en especial a la gente cercana a mi
alma. Aprendí tanto, y seguiré aprendiendo en otros planos y dimensiones.
Creo y siento de corazón que ya
habéis reencarnado, y eso me alegra por la nueva vida que habéis elegido…
Gracias a todos ellos,
Gracias a:
Mi Pepa Polvoreda, nos veremos
cuando el de arriba lo decida, te quiero con todo el corazón.
Mi Mari Carmen, y su sonrisa
Mi Eduardo
Mi Pedro Perez
Mi Angel Parra,
A Antonia,
Mi Noemi,
Mi hermana, hermana de mi Noe,
A tantos mi…., que su nombre los
guardo en mi alma
Juan Cayuela
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